viernes, 22 de abril de 2016

Gripe y resfriado: Conflictos emocionales



Resultado de imagen de gripe¡¡Estoy hasta las narices!!


En esta ocasión trataré el resfriado y la gripe, enfermedades que en esta época del año se acentúan enormemente. En su estudio desde la bio.  veremos que su aparición no tiene nada que ver con la creencia de que “he cogido frío”, “en esta época es lo que toca” o “mi marido me lo ha contagiado”.

Tanto el resfriado como la gripe tienen un punto en común: el aparato respiratorio. Los conflictos vinculados a él son la dificultad de relacionarnos, sentir el espacio vital invadido o amenazado y los enfados dentro del territorio.

Si analizamos un poco más en detalle el que el refriado y la gripe aumenten en la época invernal, nos daremos cuenta que todo tiene su lógica y su “para qué”:

  • Por una parte vemos que durante este periodo tendemos a permanecer más tiempo en casa; por lo tanto, tenemos una mayor relación (=mayor contacto) con las personas más cercanas.

  • Entre medias también están las fiestas navideñas, en las que habitualmente corremos un tupido velo para compartir espacios con familiares con los que no nos sentimos plenamente a gusto.

  • Si a esto le sumamos el no atenderme, el no permitirme darme cuenta de lo que siento y cómo me siento, extrapolaré mi inseguridad y dificultad de relación a mi entorno laboral, y de esta forma nos juntamos un grupo de individuos con la misma carga emocional que llevará a más enfados y a más “broncas”.

Vemos, por tanto, que ambas sintomatologías se corresponden con repetidos conflictos familiares, breves pero violentos, que dependiendo de su intensidad terminarán en un simple resfriado o en algo más severo como una gripe e incluso, como veremos más adelante, en una bronquitis.
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Resfriado

Hablamos de resfriado cuando se produce una inflamación de la mucosa nasal. Entre sus síntomas (que recordemos son la solución que da mi biología al conflicto que desde la psique no he podido resolver) están la obstrucción nasal, irritación de nariz y/o de garganta, tos, dolor de cuello, estornudos, secreción nasal, enfriamiento, dolor de oídos, ojos llorosos y fiebre. La emoción que no expresamos en la mayoría de los casos va a ser la tristeza (si es que en las situaciones precedentes que hemos vivido nos hemos sentido heridos) o la rabia (ante la imposibilidad de hablar, de ser atendido o de sentirme rechazado). 

El resentir tiene una tonalidad de:

  • obstrucción nasal: “aquí me huele mal” o “quiero separarme de esta situación”,
  • irritación de nariz: "ya está bien de tocarme las narices",
  • irritación de garganta: “esto no me lo trago”,
  • tos, dolor de cuello: “mejor me callo” o “me tenía que haber callado”,
  • estornudos y secreción nasal: “hay amenaza en el aire”  o "no me gusta como se están poniendo las cosas",
  • enfriamiento: “me siento como si me hubieran echado un jarro de agua fría” o “me siento sola, nadie me apoya”,
  • dolor de oídos: “esto que dices me duele y no lo quiero escuchar”,
  • ojos llorosos: “no me gusta ésto que veo”,
  • fiebre: "no me presta atención".

La fiebre en todos los casos hace alusión a un enfado acumulado; aparece cuando llegamos a estar muy molestos por "no recibir el calor necesario" (=abrazos, atención, mimos, cuidados) y ésto provoca que seamos nosotros mismos los que nos demos ese "calor". Como veis nuestra biología es fiel a nuestras emociones, sentimientos y pensamientos.

El resfriado en algunos casos también puede manifestarse cuando estamos de algo o de alguien “hasta las narices”, cuando me siento cansado e impotente (=dolor muscular) por cargar con algo que no me corresponde, o cuando me sumo en la preocupación y en un exceso de control (=dolor de cabeza).

En cualquier caso me siento enfadada, y aunque “teóricamente” es por algo que veo fuera, realmente es porque en el fondo de mi corazón siento que NO estoy siendo coherente conmigo misma, y estoy diciendo o haciendo lo contrario de lo que realmente siento y pienso.


Gripe

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La gripe, además de quedar manifiesta por uno o varios síntomas de los que aparecen en el resfriado, tiene relación con la ira bien porque “me tomo las cosas a pecho” (=no admito las opiniones de los otros), bien porque tengo miedo a excederme en mi manera de reaccionar (=me prohíbo sentir la emoción de la rabia) sencillamente porque me siento incapaz de defender mi punto de vista (=y “me lo trago”).

Toda enfermedad tiene dos fases que reciben, entre otros nombres, fase fría y fase caliente. Estamos en la fase fría mientras vivimos la situación estresante, donde nuestra biología se mantiene alerta, preparada para atacar o huir. Cuando resolvemos el conflicto a nivel psico-emocional entramos en la fase caliente, y es aquí cuando se manifiesta la sintomatología de ambas enfermedades. En el momento que resuelvo aparece en mí la necesidad de descansar con el fin de que se restaure todo mi sistema, de ahí la sensación de abatimiento general.

Y aquí viene un dato muy importante, porque si cuando yo resuelvo el conflicto anda pululando por el ambiente el virus de la gripe y éste llama a mi puerta para preguntar “si tiene trabajo que hacer” mi cuerpo le dejará entrar para ayudar a poner las cosas en orden, pero si el virus de la gripe no anda cerca, entonces en lugar de una gripe lo que tendré será una bronquitis.

¿Qué es por tanto el virus de la gripe? Un aliado que únicamente viene si se le necesita... y además me aleja de vivir algo peor como es una bronquitis.Nuestra biología siempre nos da la mejor solución.


¿Cómo manejar las situaciones?
Haciéndome consciente de mis emociones



Prueba a no esperar nada de nadie, deja que la vida fluya y acepta que cada cuál sea cómo realmente es, y emplea esa energía en observarte a ti. El reto es aprender a conocernos a través de nuestras relaciones, asumiendo que cada una de ellas tan solo me muestra reflejado aquello que rechazo o que no tengo asumido en mí.

Tú puedes hacer mucho en tu vida, de hecho eres la única persona que puede hacerlo, y tal y como decía Einstein, una vez comiences a cambiar tú también lo hará tú universo.

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